jueves, 21 de abril de 2011

La Biblia: un poco sobre su historia


La biblia es digna de total confianza y fidelidad, ella es la enseñanza de Dios para el hombre, como se dijo en un estudio anterior  fue escrita por más de 40 autores  en un período de 1600 años aproximadamente;  sus idiomas originales fueron: el griego (Nuevo pacto), el arameo y el hebreo (Antiguo pacto y parte del Nuevo pacto).
Vamos a comentar un poco el origen de la biblia su constitución de una forma breve y dando un panorama general.
A Dios le ha parecido que desde tiempos antiguos se hiciera memoria de él, del origen de las cosas que hoy existen y del  trato con su pueblo.
Para pasearnos un poco por la historia podemos comenzar por los libros conocidos como la ley (la Torah) o pentateuco, que son los primeros 5 libros de la biblia, los cuales son atribuidos a Moisés.
 “Y Jehová dijo á Moisés: Escribe esto para memoria en un libro”… (Éxodo 17:14)

  “Y escribió Moisés esta ley, y la dio a los sacerdotes, hijos de Leví, que llevaban el arca del pacto de Jehová, y a todos los ancianos de Israel”. (Deuteronomio 31:9)
A partir de allí aquel libro fue colocado en el arca del pacto y sirvió de guía para todo el pueblo de Israel.
A pesar de esto muchas veces se dio el llamado de Dios a su pueblo cuando este le abandonaba y se olvidaba de su Ley.
Mucho tiempo después vemos casos como el del Rey Josafat que  envió una comisión de príncipes, levitas y doctores de la Ley para que enseñaran en Judá el libro de la Ley de Jehová. (Véase 2 Crónicas 23).
A Parte de la Ley encontramos los escritos por los profetas, quienes anunciaban los juicios de parte de Dios, la venida del mesías, la restauración de Israel y en general eran la voz de Dios ante cualquier circunstancia de su época.
Encontramos también escritos poéticos y de sabiduría como los salmos y los proverbios, alcanzando el climax máximo de la revelación de Dios con la venida de Cristo descrita en los evangelios, así como también los hechos de los apóstoles, la vida de las primeras congregaciones cristianas, las recomendaciones apostólicas, culminando con  la segunda venida de Jesucristo, el milenio y la eternidad.
¿Cómo fue escrita la biblia?
Dios escogió hombres, de distintas clases sociales y los preparó de diferentes maneras, para que el mensaje bíblico fuera cercano a las diversas circunstancias de la vida de cualquier persona.
Sin embargo el hombre fue sólo el instrumento en las manos de Dios, ya que, lo que escribieron lo hicieron bajo la inspiración del Señor.
Cada  autor describió en lenguaje humano lo que vio y oyó  del mensaje de Dios e iluminado por el Espíritu Santo utilizó las palabras adecuadas. Cabe resaltar que no fueron simples máquinas, por el contrario Dios respetó el estilo, pensamiento y personalidad de cada autor.
“Toda la Escritura es inspirada por Dios, y es útil para la enseñanza, para la refutación del error, para la corrección, para la instrucción en la justicia, a fin de que el hombre de Dios esté completamente calificado, equipado para toda buena obra”.(2 Timoteo 3:16-17)
La palabra griega  usada en este versículo y que más se acerca a la frase en español “inspirada por Dios”, es la palabra “ dseópneustos “ que significa  “divinamente soplado” o  “exhalado de Dios “.
El apóstol Pedro enseña que nunca las palabras de Dios vinieron por voluntad o deseo del hombre sino más bien fueron movidos de parte de Dios.
“Porque la profecía nunca fue traída por voluntad humana, sino que los hombres hablaron de parte de Dios siendo guiados por el Espíritu Santo”. (2Pedro 1:21)
El propio Señor Jesucristo hizo uso de la escritura en su ministerio y nunca hizo alusión a  ningún tipo de error en ellas, por el contrario la usó para sus enseñanzas y para hacer comprender a sus discípulos su obra mesiánica.
“Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí.”(Juan 5:39)
“Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les explicó en todas las Escrituras las cosas referentes a Él mismo” (Lucas 24:27)
Así que podemos estar confiados, cuando el mismo Señor da testimonio de ellas.
Sin embargo que la escritura sea infalible no significa que cualquier interpretación humana de ella lo sea.
“Entonces respondiendo Jesús, les dijo: Erráis, no conociendo las Escrituras, ni el poder de Dios”. (Mateo 22:29)
Esto lo dijo Jesús a un grupo de saduceos que no creían en la resurrección y hacían mal uso de las escrituras para probar lo improbable.
La biblia se interpreta a sí misma, las preguntas que pueden surgir al examinar sus páginas , son respondidas cuando dirigidos por el Espíritu de Dios analizamos con cuidado el resto de la escritura y confirmamos aquello de lo cual no teníamos claridad.
La biblia  no es un libro pasado de época, que nada aporta a nuestros días como muchos lo quieren hacer ver, por el contrario es una obra majestuosa que sigue hablando hasta el día de hoy y lo seguirá haciendo, porque contiene los oráculos de Dios y su palabra nunca pasará.
Debemos agradecer al pueblo de Israel el amor, el celo y el cuidado que tuvieron por resguardar la palabra del Todopoderoso en el transcurrir de las épocas y pese a las circunstancias siempre hubo escribas y doctores de la ley que transcribían para tener una copia mas reciente y duradera de la Ley, los salmos los profetas y cada oráculo de Dios.  Gracias a ellos tenemos con fidelidad parte de la escritura que hoy conocemos como Antiguo Testamento (Tanaj hebreo); Mientras que el Nuevo Testamento o Nuevo Pacto, también fue preservado por parte de los primeros cristianos quienes hacían circular los escritos por las iglesias de la época.

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